viernes, 18 de julio de 2008

Revista El Metiche 120 Cuautla





Falleció el cronista de Cuautla Raúl Solís
Falleció un gran amigo de El Metiche, el maestro Raúl Solís Martínez, el pasado 15 de julio de 2008. Había nacido en 1911 en Cortázar Guanajuato. A principios de la década de los 30’s llegó a esta ciudad a la que amo como la suya propia. Fue el principal divulgador de la obra de Felipe Benicio Montero quien relató las hazañas y pesares vividos durante el Glorioso Sitio de Cuautla de 1812. Desde 1970 fue declarado cronista municipal. Un estudioso incansable de la historia de Cuautla y la Región, dejó sin publicar numerosas investigaciones, hace cerca de dos años el ayuntamiento municipal le hizo un homenaje, muchos invitados, muchas fotografías, algún incremento en su pensión, hubo de todo menos lo mas importante… publicar sus investigaciones. En fin descanse en paz nuestro gran maestro y amigo cronista de la ciudad.

El Fisgón en Cuautla
El colega y famoso caricaturista Rafael barajas “El Fisgón” estuvo en la ciudad de Cuautla, impartió una conferencia en defensa de Pemex y en contra de la privatización velada que quiere hacer el gobierno de Felipe Calderón. El Fisgón, caricaturista del periódico la Jornada, invito a los asistentes a no permitir la venta de PEMEX, ya que las transnacionales están ansiosas por beneficiarse de PEMEX. Ya una vez Lázaro Cárdenas recuperó el petróleo para beneficio de los mexicanos, hoy nos corresponde a todos nosotros defenderlo impidiendo que pase la mentada “Reforma Energética

crónica crónica crónica

El manuscrito de Don Perfecto Díaz Espinosa*
(México en guerra 1910-1929)

Por Rubén Eduardo Soto Díaz

El presente trabajo es la trascripción de un manuscrito realizado en la víspera del 20 de Noviembre de 1986. El escrito se lo había pedido a mi abuelo para publicarlo en una edición de la Revista El Metiche que sería dedicado a la Revolución Mexicana.
Por desgracia el escrito no fue publicado, y la revista misma al poco tiempo dejó de editarse por problemas económicos, después de aparecer mensualmente durante un año de existencia.
Mi abuelo Perfecto Díaz Espinosa, era originario de Huexotla, Texcoco, estado de México. Nació un 11 de abril de 1910. Muy niño alguna vez fue tlacualero y espía de las fuerzas zapatistas que operaban en la zona al mando de Vicente Rojas.
La vez que participó como espía detectó “unos rifles” con tres patas que tenían los federales, al informarle al General Vicente Rojas -quien por cierto era su familiar- de su incursión, contaba mi abuelo que le dijo: “ya chingamos, ya vamos a tener ametralladoras”. Y así fue, los zapatistas tomaron por sorpresa a los “pelones” y se hicieron de armamento más moderno. El abuelo cuenta que Vicente Rojas le dio un nombramiento militar, que poco después destruyó su padre, ya consideraba que era un peligro tener ese papel cuando regresaran los federales.
El que sería mi abuelo, muy joven quedó huérfano, tendría unos trece años cuando salió de su casa a la capital. Deambulando en la gran ciudad fue capturado por la leva e ingresado al ejercito federal.
Le toco participar en el sofocamiento de la rebelión cristera, ya para terminar dicha guerra civil, abandonó las filas para regresar a su hogar en Huexotla al enterarse de que su mamá estaba muy grave.
Fue muy dura la travesía desde el Norte a su tierra natal. En cuanto se restableció su madre, vino a Morelos, buscando a su hermana mayor Petra, quien ya vivía en Cuautla. Buscando trabajo en Cuautla a mediados de l930, fue invitado a fungir como comandante de la policía en la Villa de Ayala, era la época en que los jefes de la policía no duraban más de una semana.
Mi abuelo supo imponer el respeto a la autoridad y se ganó la confianza de este pueblo, asimismo trabó gran amistad con varios jefes zapatistas, lo cual siempre consideró un honor.
Aquí en Ayala conoció a Josefa Salazar, quien vivía a orilla del río junto con su hermano Cándido y su madre Agripina (Pinita) Omaña. Perfecto y Josefa se casaron aquí en la iglesia de San José. Pero una de las condiciones para ello fue que mi abuelo dejara el cargo que tenía, según me confió mi abuela.
El joven matrimonio se fue a Cuautla donde nació mi madre Maria Luisa y sus demás hermanos y hermanas.
Mucho tiempo vivió mi abuelo en la calle de Trincheras de Ordiera, a un costado de la Iglesia del Señor del Pueblo, frente a la plaza que alberga los restos del General Emiliano Zapata. Posteriormente y durante -más de 40 años vivió en la colonia Pablo Torres Burgos.
Ahí fue donde yo lo conocí. En su taller. Era hojalatero de los de antes, hacía cubetas, tinas, botes para los arroceros. Soldaba bombas de fumigar de latón en aquel entonces. Hacía puertas, ventanas, era un maestro completo. También era un prestigiado armero, oficio que aprendió en la milicia. Fabricaba escopetas de todo a todo, tanto fierro como madera. Pavonaba armas, les daba mantenimiento, etc.
Yo le ayudé en todas esas labores durante algunos años mientras estudiaba la secundaria.
Mi abuelo era un excelente conversador, siempre al final de la comida nos tenía interesantes historias que ahora me lamento no haberlas escrito en su tiempo.
El abuelo, don Felipe, como fue conocido en Morelos, murió en los primeros días de enero del año 2mil. Vaya este escrito como un homenaje a un hombre que lucho por su patria, que siempre vivió de su trabajo, y fue solidario con su comunidad, como lo demostró al ser electo como ayudante municipal de su colonia y al encabezar los trabajos para la introducción del drenaje.
Estas son pues sus palabras, las he escrito con pausas, porque cada una de ellas nos lleva a imaginarnos algo más que las sílabas que contiene, espero que puedan ustedes integrarse al universo que intentó describirnos al redactarlas.

Ya llega el 20 de noviembre de 1986
y todos los viejos que quedamos,
recordamos de lo que fue la revolución
desde 1910 hasta 1929.

De lo que yo recuerdo y vi
fue desde el año 1917 hasta 1929.

Me di cuenta porque yo lo vi,
no me lo contaron.

Los hombres de lucha
los mas fieles y con gran disciplina,
mis generales que recuerdo
con todo respeto:

Fueron los generales Lázaro Cárdenas
y Juan Andrew Almazán;
Don Venustiano Carranza
y el general Álvaro Obregón.

Hombres de cabal disciplina militar
y fieles a su patria.

Pues Carranza en los años 1917 y 1918
de ver el hambre que ya azotaba al pueblo de México
se dio el lujo de echar harta plata,
harto oro en monedas,
recogió cartones y billetes revalidados
y todos salimos avantes.
¡Que valentía!, ¿Verdad?
¿ Y después, por qué ahora no?
¿Qué ahora no se puede hacer eso?

Recuerdo también cuando Adolfo de la Huerta
en 1923 presentó rebelión en Tlaxcala y Puebla
acabó con él, el 48o. Batallón de línea.

Otra vez se extendía el hambre
en el estado de Veracruz...

Recuerdo al general Vidal Tenorio
y al coronel Alberto Quezada,
el coronel Alberto Quezada murió en combate
en el valle de Tenejapa, Veracruz.
y después el general Vidal Tenorio,
también murió
lo mató su compadre
que vivía a la orilla del río en el mismo Tenejapa.

Otro recuerdo que tengo, es el de los años 1926 y 1927
en el norte, donde también había cristeros
encabezados por los generales Parra Escutia
y Marcelo Almazán
Todos esos años fueron de puros combates
porque los cristeros eran bien bravos

Pero en el año de 1929
en el mes de abril se rebeló
el general de la División del Norte
el general José Gonzalo Escobar
que estaba en Torreón, Coahuila
Escobar y toda la tropa a su mando
reforzaron a los Cristeros

Se dirigieron rumbo a Zacatecas
pasaron El Palme de cañitas,
esto fue el 28 o 29 de abril.

Pero en la noche,
le toca al 17 Regimiento de Caballería
salir a espiar el campo,
pero como a las dos o tres de la mañana
en lugar de rendir su parte
como es deber militar
llega atacando al convoy
donde estaba todo el Estado Mayor
pero como no estaban ya ahí
y al fracasar el asalto
el citado 17 regimiento de caballería
enfiló su marcha, también hacia Zacatecas

Cuando el general Manuel Madrigal
ya tenía la orden de bajar del cerro del grillo
con su batallón que era
el 48 batallón de línea
Pues bajamos a la estación
y ya venían los trenes con las tropas
y nosotros que estábamos subiendo al tren
cuando llegó todo el refuerzo militar

Pues nosotros los del 48 batallón
íbamos adelante
sí, pero eso sí, según nosotros muy contentos
por que íbamos a echar bala

En el camino que nos vamos encontrando
al 17 batallón
y nos decían: ya les dimos en la torre
pues los escobaristas y los cristeros
ya contaban con mas de 45 mil hombres
y nosotros apenas éramos 18 mil

Los vimos con larga vistas
y parecían talateros
pues estos se jalaron hasta Jiménez

Hasta allá los seguimos
Llegamos como a las 10 de la noche
del día primero de mayo
todo oscuro y silencio
se rodeo la ciudad de Jiménez
y solo se oían los relinchos
de los caballos y se alcanzaba
a ver una que otra lucecita

Todos esperando

cuando como a las 2 de la mañana
se oyen descargas en todo el circuito
y estalla el combate
y como suerte nos toco estar
en la primera línea de fuego
les aguantamos hasta el amanecer
y más, todo el día combatiendo
pero no pudimos ...
porque ellos tenían la azotea del molino de harina
junto a la estación
y en todos los puntos y ventanas
tenían emplazadas puras ametralladoras
y dominaban bien todo el campo de batalla.

después de 3 días de cerrado combate
durante el día y la noche
creíamos que el combate estaba perdido
pero el merito tres de mayo
como a las 2 de la tarde
llegó un avión
y pasó a tirar la orden de bombardear
y que se nos alegra el corazón
todos gritábamos de júbilo
y lanzábamos vivas al supremo gobierno

reanudamos los cañonazos
y la escuadra completa de aviones
sobrevoló la ciudad
entonces Roberto Fierro
se lucía con la primera bomba
que hizo blanco
en la esquina del molino de harina

Continuó nuestra batería
de cañones de grueso calibre
a los dos días la ciudad estaba tomada

Tres trenes salieron
de la ciudad sitiada
Los tambores, los clarines
y las campanas de los trenes
sonaban como una cosa de espanto
pues salían corriendo a toda máquina

pero en la estación de Reforma
ya estaba la vía tirada
y ahí ya no pudieron
continuar

Toda la tropa abandonó los trenes
pero los aviones
nuestra caballería y la infantería
¡Todos sobre ellos!

Allí murió mucha gente
allí vi un carro casi echo pedazos
escuché que alguien se quejaba con tristeza
subí, y vi a un compañero
que se llamaba Salvador
al cual estimaba como hermano

estaba casi hecho pedazos
a causa de un bombazo
me vio y me reconoció
y yo le hable: “manito”
lo abracé
y no me aguante
se me escurrieron las lagrimas

Me pidió agua
le acerqué mi ánfora
y bebió un poco
y murió...

Le hablé a más compañeros
lo bajamos del carro
y lo sepultamos junto a un mezquite

Después nos ordenaron levantar el campamento

También se nos ordenó levantar todos los cadáveres
hacíamos montones y les prendimos fuego

Era imponente y espantoso
ver ese espectáculo
el vivo fuego hacía que los muertos
se movieran,
se abrazaban,
echaban maromas
entre las llamas

Pues en fin
regresamos a Jiménez
ahí otra sorpresa nos esperaba

Era triste ver tanta gente muerta
tanto pacífica como de tropa
también en las calles de la ciudad
había muchos caballos muertos

Toda la ciudad estaba hecha un rastrojo
Todo tirado
todo quemado
A mí se me hacía un
nudo en la garganta...

Hasta aquí termina el manuscrito.
Ayala, Anenecuilco, Morelos, a 8 de Noviembre de 2001.
*Texto presentado en una reunion de cronistas morelenses.